¿Qué fue antes, el plato o la vajilla?

Una reflexión sobre la génesis de la receta y el receptor, que tanto el comensal como los creadores conciben en un todo

El artesano Juan Carlos Iñesta. Foto: EVA MÁÑEZ

El artesano Juan Carlos Iñesta. Foto: EVA MÁÑEZ

Todo comienza con el fuego, del mismo modo que perece en él. Las manos de los artesanos toman los materiales, los moldes sobre la llama, para dar vida a una creación que tengan un papel en el mundo. Tanto si se usan con barro como con alimentos. La conjunción de la obra del ceramista y del cocinero es la que reporta auténtico sentido a la idea del 'plato', que el comensal percibe y devora como un todo. ¿Qué fue antes? Tal vez el huevo, tal vez la gallina, que aquí equivale al cuenco, la taza, el azulejo o la pizarra. Sin importar el orden en el que tenían imaginados, incluso confeccionados, el matrimonio entre un buen recipiente y una mejor receta digna de la experiencia del que viene. Y solo por este motivo, aquellos restaurantes que miman detalles tan importantes como la vajilla, donde se desborda, se deposita, y se vierte la creatividad, 

Hablemos de diseño y gastronomía, de principios y de finales.

Las probetas y los cuencos

El Observatorio (calle Jerónimo Muñoz, 15)

Vamos a retroceder. Apenas una frase, unas cuantas letras, que nadie se espante. Diseño y gastronomía . Si hay un restaurante de Valencia donde confluyen ambas disciplinas, sin duda se trata de  El Observatorio . El laboratorio entre fogones de  Sergio Mendoza , quien no solo vive en la Luna, sino que aprovecha  la salida de órbita  para dar rienda suelta a su creatividad con todo lo que se le ocurre. Ya lo advirtió durante el despegue del negocio, hace ahora exactamente un año: “El restaurante es una manera de canalizar ideas, consultas y  necesidades creativas; es el laboratorio, estudio, jaula de conejillos de indias, donde quiero ponerlo todo en práctica, desde la cerámica a la madera ". Un tiempo después, este diseñador de formación ha fregado casi tantos platos como ha servido, y piensa lo mismo.

Los cuencos de Domanises para El Observatorio. Foto: EVA MÁÑEZ

Los cuencos de Domanises para El Observatorio. Foto: EVA MÁÑEZ

¿Cómo no iba a poner esmero en la elección de la vajilla? "Me parece importante. Es capaz de deslucir un plato o de convertirlo en una experiencia visual. Puede influir en la forma que tenemos de 'atacar', invitándonos incluso a comer con las manos", afirma. Tanto aprecio le tiene, que ha confiado las principales piezas a su amigo  Juan Carlos Iñesta . El ceramista del barrio de  Obradores (Manises) , antaño atestado de talleres, apenas necesita presentación. Decir que es el impulsor de  Domanises  es decirlo prácticamente todo. De los tornos de su estudio salen creaciones para el recuerdo, pero también para  Quique Dacosta y El Observatorio, donde es raro encontrar un guiso que no vaya en sus cuencos. Otros pescados pasan por su ahumador, diseñado en connivencia con  Francesco Sillitti

Tanto Sergio como Juan Carlos entienden 'el plato' como un proceso casi sentimental, y por suerte tienen facilidad para poner mente y manos al compás. "Buscábamos  piezas sobrias , hechas por nosotros mismos, como el resto del proyecto. Nunca pretendemos crear platos icónicos para salir en revistas con marcianadas. Son obras  contemporáneas., pero cuando viene la sensación de que podría estar recién hecho o tener 150 años ", explica Mendoza. El plato marca los límites, incluso en la cantidad que se sirve; es por eso que el propietario del Observatorio también se muestra inflexible en cuanto a las variaciones. "Las cosas no las ponemos en el plato porque cayeran así desde un Ryanair. Ha tenido un proceso de toma de decisiones y cuando alguien trata de alterarlo, es difícil que no esté haciendo algo que  ya habíamos descartado  con anterioridad ", manifiesta.

Visto lo visto, es comprensible que el tiempo se detenga para él cada vez que una de estas piezas acaba hecha a mano trizas . "En un segundo pienso: 1) Si hiciéramos las cosas de otra forma no podríamos haber pasado / 2) No te enfades / 3) Cómo hacemos que no pase más / 4) Miro el plato con pena y lo guardado pensando que un día lo arreglos o le encontramos un uso ". Quien conozca a Sergio sabe que esto no es broma, y ​​tampoco lo que viene a continuación, cuando le preguntamos por otros proyectos de innovación en marcha: "Estaba pensando en servir los zumos en jarritas de cristal con asa ... No, "en serio, también estoy dándole vueltas a montar un chiringuito en medio de la rotonda de enfrente con tumbonas y pisco sours ".

En tres frases

La vajilla más original.  Las que usan cosas que no están pensadas para desempeñar esa función: una piedra del campo, hojas, maderas, azulejos ...

La vajilla más abominable. Miles Cada día en Valencia podemos encontrar la misma vajilla imitando técnicas artesanales en los 100 restaurantes, y cuesta prácticamente igual que hacértela tú mismo. Para mí no es muy diferente a usar productos de 5ª gama. 

Tu pieza de cubertería preferida. ¡La cuchara! 

Por Almudena Ortuño 1 4/04/2018 | 12 min, 10 seg

https://valenciaplaza.com/vajillas-platos-restaurantes-valencia

Source: https://valenciaplaza.com/vajillas-platos-restaurantes-valencia

Todos hablan de Iñesta, el renovador de Manises que siempre tiene las manos ocupadas.

Per Vicent Molins. 

Barro y fuego. La historia de un hombre con fijación medieval que ha cambiado por completo el futuro de la cerámica, sentando a Quique Dacosta y Jaime Hayón frente al torno.

 5/12/2015

 VALENCIA. Arte visceral. Vocaciones y tornos. Fuego. Manos curtidas en el carrusel del oficio. Se llama Iñesta, Juan Carlos Iñesta, con eñe. Pasa casi todo el tiempo en una taller que le cedió su abuelo, en un barrio -Obradors- abundante en artesanos de la cerámica que reemplazaron los talleres por adosados. Parece un hombre alquimista manejando el tiempo a conveniencia. Tan medieval como adelantado a su tiempo. Su lugar de vida y de trabajo extienden el rumor. ¿En qué era vive Iñesta? “Bajo de mi taller hay uno del siglo XIV, el barrio conserva la misma trama que entonces”. Entre los descampados del barrio sigue encontrando trozos de una memoria en ruinas.

Manises style. Un territorio que pertenecía al feudo del noble valenciano Pere Boïl, quien difundió la cerámica local por todo el mundo. “Haciendo excavaciones en el Kremlin encontraron piezas que habíamos hecho aquí en el XIV”, me explica Iñesta.

La artesanía cerámica, una cualidad valenciana, había entrado en la desidia de aquello que funciona por inercia, sin evolucionar. Y él, que parece vivir entre varias eras, decidió que era el momento de visitar el futuro. Apunten...

"Tienes que hablar con él, tienes que conocerlo". Desde entonces imaginaba cómo era Iñesta. Y fantaseé con un sumo señor en las entrañas de una cueva recibiendo al mundo con las manos manchadas de barro. Manises su Alcarria. “Le gusta explorar e investigar y después de 30 o 40 años como ceramista (nadie sabe qué edad tiene) sigue motivadísimo”, me introduce el diseñador Sergio Mendoza. “Cuando la artesanía se ha ido apagando y cerrando sobre sí misma, Juan Carlos supo ver que hacía falta un cambio y decidió meterse en el mundo del diseño”.

Quique Dacosta Domanises

Figuras imponentes como Jaime Hayón o Quique Dacosta han acabado prendados por un tipo con reverberación de anacoreta que es justo lo contrario, un coaligante entre comunidades. De ahí su empresa, su marca, Domanises. “Del verbo to do, hacer”, aclara Iñesta, haciendo un Neville. 

Un principio en su mensaje: jamás dejarse llevar. “No quería estar reproduciendo las piezas de siempre, por ejemplo limitarme a hacer todo el tiempo Alfabeguers, por inercia. Me di cuenta de que si no aportaba algo diferente prefería no dedicarme a esto”.

Iñesta el niño

Primer acto en la vida de Iñesta (Premio Nacional en 2012). En el colegio acaban de llamar a su madre y le hacen una revelación: su hijo, con cuatro años, tiene grandes habilidades para las artes plásticas. Prematuramente escribieron el prólogo de su vida, dieron con su talento. “Escuché a la monja decírselo a mi madre… y eso ya entonces me motivó mucho”.

La monja estaba en lo cierto. La motivación todavía le dura. Una cualidad innata se fraguaba entre neuronas: “tengo una parte lógica sobre la materia. Una vez leí que el artesano no necesita planos porque lo tiene todo en la cabeza. Un núcleo dentro de mi cerebro entiende cómo va a responder la materia a lo que yo hago con ella.

Domanises Samuel Gallego

Con seis años el niño le hace una confesión a su abuelo: “Voy a ser ceramista”. No tenía antecedentes familiares, pero si el contagio de un entorno dedicado por siglos al oficio. A punto de cumplir los veinte su abuelo le cede un taller pequeño sin agua ni luz. Llevaba sus piezas a cocer a otros talleres y las acababa viendo copiadas.Desde entonces comprueba el inmovilismo artesanal, cierta desgana por progresar, toda una señal. Como la cerámica vendía apenas se pensó en evolucionar. Hasta que dejó de vender. Iñesta empieza a preocuparse por la evolución y pide a las empresas artesanales de Manises que tengan equipos de diseño. “Pero no era viable…”.
 

Iñesta ante el fuego

“Una vez pasa por el horno es inalterable”. El fuego como la autoridad que lo decide todo. Las palabras que explican el proceso cerámico parecen hablar de la trascendencia. En todo el trayecto por el que las sustancia terminan por ser bellas piezas de diseño, el apeadero determinante es el horno. Iñesta, como los actores antes de salir al escenario, sigue sintiendo los nervios previos. “Es el fuego quien te dice si la pieza es de calidad o es de contenedor. Si hay exceso de oxidación, de humedad… si todo lo anterior se ha hecho bien o no. El fuego te rompe o te deforma si alguna fase se ha hecho mal”.

Domanises

Bajo sus pies hace siete siglos había un testar, el espacio físico en el que se acumulaba lo desechado, la materia a la que el fuego le había pasado factura. Ser un experto en cerámica medieval en lugar de volverlo inmóvil al tiempo le hizo pensar como nadie en el avance. “Hace pocas semanas en un encuentro titulado ‘Artesanía Vs. Tecnología’ intervine y dije: aquí no hay debate. Artesanía y tecnología. ¿O es que al inventar la rueda no se estaba aplicando tecnología? La innovación está en los ceramistas desde mucho antes que Cristo”. El artesano invocando al progreso. “Si no evolucionamos, nos dormimos”.

Iñesta en el progreso

Poner a Quique Dacosta o a Jaime Hayón frente al torno tiene que ver con un entendimiento inédito. Una mente capaz de hacer posible con sus manos (las protagonistas, claro, en su foto de WhatsApp) aquello que creativos como estos quizá todavía ni imaginan. “Es un descubrimiento. Demuestra -me cuenta Xavi Calvo- que se pueden emplear técnicas tradicionales y darles una vuelta, haciendo cosas modernas. Aporta el valor de lo tradicional a proyectos de diseño contemporáneo”.

Workshop

El diseñador Sergio Mendoza incide en su capacidad para coaligar y convertir su taller en punto muy caliente de la creatividad valenciana: “Hoy Domanises se ha convertido en sitio de encuentro de -sobre todo- diseñadores e ilustradores con la cerámica. Antes era un placer descubrirles el lugar a los compañeros, pero ahora te los encuentras allí directamente”. 

La apertura de las compuertas. En el feudo del noble Pere Boïl, quien exportó al mundo la cerámica de Manises, un señor de apellido Iñesta se empeñó en cumplir con la profecía de su maestra de colegio. Reventó las costuras autoimpuestas y puso las manos en otro porvenir. Porque ya se sabe, “si no evolucionamos, nos dormimos”. Pongamos que hablamos de cerámica.

Valencia Plaza. 

 

 

laEntrevista: Domanises (SPA) – PACV14

Juan Carlos Iñesta es productor de cerámica de Manises (Valencia), Maestro Artesano e Investigador siempre en constante evolución. En su taller, la experimentación es la norma, filosofía que le ha llevado casi desde los orígenes de Domanises, hace ya más de 20 años, a colaborar con diferentes estudios de Diseño y profesionales del Arte en busca de nuevos horizontes. Galardonado con el premio Nueva Artesanía por la pieza Virgencita, concebida por Ane Baraja, hoy queremos saber algo más de esta promesa, ya consolidada, de la cerámica valenciana.

Otra vez un premio. Y otra vez formando tándem con un diseñador. Parece una ecuación de respuesta segura pero, ¿cómo surge esta filosofía de empresa?

Desde Domanises pensamos que la colaboración con diseñadores es una forma de llevar al límite la materia cerámica, de esta forma podemos aportar nuevas formas y conceptos, estéticos y funcionales al mundo cerámico y campo del diseño. Dejando aparte el inmovilismo tradicional,  conocer nuevos materiales y nuevas formas es lo que siempre nos ha interesado investigar al fin y al cabo.

Además de colaboraciones con diseñadores ya consolidados, apostamos también por el futuro del diseño cerámico, con ideas frescas de promesas emergentes y alumnos de diseño de varias universidades, como es el caso de Ane Baraja y Samuel Gallego alumnos de la Universidad Politécnica de Valencia, Primer Premio y Accésit en el apartado de Nueva Artesanía.

premio nueva artesania ceramica

¿Cómo surge la idea de la pieza: La Virgencita, que se ha alzado con el primer premio de la categoría Nueva Artesanía?

La idea de La Virgencita surge como proyecto de Ane Baraja dentro de la asignatura de modelos y prototipos de la especialidad de diseño de la Universidad Politécnica de Valencia. El briefing del trabajo era desarrollar un diseño de producto actualizado como nuevo regalo de promoción dentro de la Comunidad Valenciana. La idea de Ane es poder llenar ese nicho de mercado turístico que buscan regalos diferentes para comprar, llegando más lejos y poder vender La Virgencita no solo en Valencia como Virgen de los Desamparados si no, en cualquier lugar turístico del territorio Nacional donde se hagan ofrendas a imágenes de vírgenes: El Rocío, El Pilar, etc.

El primer premio que otorga el Centro de Artesanía dentro de la modalidad Nueva Artesanía nos aporta visibilidad y reconocimiento. Y muchos ánimos a los jóvenes diseñadores, ya que se abren puertas siempre que hay reconocimientos como estos.

La cerámica en Manises se encuentra actualmente en un periodo de transito en el que parece que la actividad industrial renace. ¿Volveremos a ver la cerámica como una industria pujante o el modelo ha cambiado?

Es seguro que el modelo ha cambiado. Por ahora no creo que se pueda concebir un desarrollo industrial tan grande como el que había hace 15 años, la mano de obra y materiales encarecen la producción y los gastos para mantener grandes infraestructuras ha subido exponencialmente, además cabe pensar que las compras que hoy se realizan suelen ser de piezas que se diferencien del resto, no llegando a ser piezas únicas pero de tiradas relativamente pequeña y muy bien diferenciada.

¿Cómo y cuándo decides dedicarte profesionalmente a la cerámica?

Decido desde muy joven dedicarme al mundo plástico. A la pregunta “¿Qué quieres ser de mayor?” respondo desde los 6 años: “ceramista”. Veo la necesidad de comunicarme con las manos y qué mejor materia que la cerámica, a la que el proceso del fuego transforma en material noble e inalterable.

Comparto la producción de cerámica en el taller, como la docencia en el campo cerámico desde el año 1992. Con 21 años, acabados los estudios de Perito en Cerámica Artística, empiezo a prepararme para esta aventura de crear sin parar productos con los que me identifico, buscando siempre el investigar tanto en el pasado, como en nuevas propuestas para el futuro. ¡Empieza mi carrera profesional!

¿Podríais explicar qué técnicas usas y en qué consisten?

Las técnicas que empleamos para conformar nuestros productos en Domanises son varias, en función de la necesidad de producción y viabilidad.

La más habitual siempre que por cantidad e igualdad nos lo permita es la alfarería o torno. Piezas desarrolladas una a una por revolución, quizás la técnica más atractiva y por supuesto la mía preferida.

Otra técnica es la de vaciado o molde. Es una técnica semi-artesanal donde la pieza se conforma en un molde con arcilla líquida, endurece, se desmoldea y pasa un proceso manual de acabado donde se depura la pieza.

Otra técnica que empleamos en las producciones donde no podemos utilizar técnicas anteriores es la de apretón. Esta técnica consiste en utilizar la masa húmeda como material, se introduce en un molde que se le aplica presión,  luego se unen las diferentes partes de la pieza.

La técnica del modelado la empleamos para trabajos puntuales.

Las piezas salidas de Domanises reciben atención internacional y ya pueden encontrarse en centros de arte y museos de primer nivel como el Thyssen, en Madrid. ¿Son el nuevo marco en el que presentar la cerámica contemporánea ahora que el comercio tradicional se ha retraído?

Es una vía desde luego y muy interesante entrar en canales de venta como Museos, puesto que tienen mucha visibilidad y acceso diario de miles de personas. Aunque no es fácil, es muy recomendable poder tener piezas expuestas y a la venta en museos como el Thyssen Bornemisza.

Otra vía de venta interesante para esta época de retroceso en ventas en comercios tradicionales es la venta on-line, donde cantidad de plataformas de venta consolidadas están abiertas a vender nuestros productos.

Y el crowfunding es una propuesta también muy interesante, para que diseñadores y artesanos puedan apostar por sus nuevas propuestas.

¿Cómo veis el futuro de la artesanía cerámica en la Comunidad Valenciana?

La verdad es que desde mi opinión, el futuro de la Artesanía en la Comunidad Valenciana es prometedor, tenemos buenas historias que contar y muy grandes artesanos, con grandes capacidades, que están en momentos de aportar sus conocimientos y creo que es reconocido el buen trabajo en Valencia, no solo desde España, sino también desde el ámbito internacional. Es un buen momento para demostrar lo que sabemos y sacar nuestra mejor parte creativa para competir.

Las nuevas tecnologías han facilitado el acceso al mercado global de los productos artesanos, si bien, parece que todavía no hay una respuesta masiva del comprador, ¿cuál crees que es la causa? 

Yo creo que falta más promoción desde los talleres artesanos y sobre todo una buena estrategia para llegar al nicho de mercado adecuado. Sobre todo, falta más capacidad para manejar las redes sociales y webs. Además de hacer un buen producto actualizado, se ha de cuidar mucho más la imagen, no solo del producto, también de cómo nos queremos vender, de nuestro taller, de nuestro entorno. En general de lo que somos, esto hace que el mercado le ponga cara al artesano, que seguro se diferencia de lo que podemos adquirir en un Ikea o en un Zara Home.

Tu proyecto Dovase, trataba de abrir la cerámica a las nuevas tecnologías y permitir al usuario final tomar la decisión sobre el objeto que quería. Aún no estamos preparados o el consumidor de cerámica prefiere delegar la creatividad al artesano o diseñador. ¿Qué ocurrió?

Dovase nace como propuesta de nueva herramienta creativa, con la intención de aportar una idea de cuál es la realidad del artesano frente a las prototipadoras 3D. Realmente ha sido una propuesta adelantada a su tiempo, el fin es que el usuario final sea también el diseñador. Lo que detectamos es que el usuario al darle la opción de elegir entre varios colores, tamaños y por supuesto generar la propia forma de su jarrón, se encuentra inmerso en un millón de posibilidades, que al no poder validar junto al producto final, se plantea la pregunta de: ¿cuál de todas estas obras de arte elijo?

A la que planteamos que el artesano sigue siendo una figura importante en las nuevas creaciones, ya que valida continuamente la funcionalidad, estética y trabajabilidad de las piezas que crea, sin necesidad de planos complejos y tecnologías avanzadas. Simplemente con la experiencia adquirida y con sus propias manos.

Dovase es un interesante proyecto que sigue en marcha y que sigue siendo una propuesta que seguimos trabajando.

Fuente: Sibarita news

Trayectoria de Juan Carlos Iñesta dentro del Proyecto Domanises por Disseny CV

Juan Carlos Iñesta, el último artesano del barrio de Obradors

Nos desplazamos a la localidad de Manises para conocer al gran renovador de la cerámica valenciana.

Situado en Obradors, uno de los barrios de Manises más afectados por la especulación urbanística, el taller de Juan Carlos Iñesta resiste entre solares y adosados de nuevo cuño a modo de pequeña aldea gala. “Trabajo, investigo y experimento en lo que fue casa de mis abuelos, y que a su vez funcionaba como almacén de loza, vidrio y cristal”, apuntilla uno de los principales renovadores de la cerámica artesanal. Bajo ese taller, al igual que sucede unos metros por debajo de las viviendas de nueva planta que lo rodean, las catas han certificado la presencia de antiguos talleres cerámicos datados en el siglo XIV. Iñesta recoge hoy el testigo de esta tradición manisera y elabora en su taller reproducciones de cerámica medieval (es un consumado especialista en esta etapa histórica) para museos e instituciones empleando los mismos pigmentos, esmaltes y pastas, para que la pieza sea lo más fidedigna posible al original. “Eso no se puede perder en la vida”, sentencia.

La formación de Iñesta apabulla. Diplomado por la Escuela Superior Cerámica de Manises en cerámica artística (peritaje), este Premio Nacional de Cerámica es también vocal de la Asociación Española de Ceramología, una de cuyas funciones es la protección del patrimonio cerámico nacional. “Además de congresos e investigación, también trabajamos para preservar el patrimonio de expoliadores”. De tanto en tanto, Iñesta, durante sus paseos en torno a su taller regresa con algún fragmento de cerámica medieval, restos dispersos a lo largo y ancho del barrio de Obradors. Su interés por la cerámica es parejo a su devoción por la localidad en la que se asienta su taller. “Me interesa muchísimo conocer la historia de Manises. Es un pueblo que lleva 700 años produciendo cerámica, un inmenso legado”.

Las manos como instrumento

En pocas ocasiones un profesional ha tenido tan claro y con tanta antelación su vocación. “Yo con seis años ya sabía que quería ser ceramista. Necesitaba expresarme con las manos”. Iñesta pasa por la Escuela de Cerámica de Manises, y más tarde la objeción de conciencia le lleva durante trece meses -estaba escrito-, al Museo de Cerámica de esta localidad.

En 1992 sus abuelos le ceden una parte del almacén, un pequeño taller de apenas 30 m2, sin agua y sin luz, para que un incipiente Iñesta investigue sobre cerámica, en un momento en que la actividad en este sector tradicional de Manises se encontraba en buena forma. “La gente pasaba, me veía usando el torno de pie y me decía a través de la ventana ¡hazme palanganas!”. De este modo Iñesta comienza a producir piezas de alfarería para las empresas del entorno. “En el tallercito no tengo horno, así que saco las piezas fuera y entonces me doy cuenta que otras empresas las han copiado. En ese momento me digo que algo debo estar haciendo bien, y sobre todo, que las empresas cerámicas deben apostar por el diseño, en una estética basada en el diseño”.

El diseño como palanca de cambio

El afán de experimentación arranca igualmente en el año olímpico. Iñesta comienza a realizar obra personal enfocada a concursos, y en paralelo se vincula con Vicente Ajenjo, también ceramista, con el propósito de iniciarse en la obra de autor, con la mirada puesta en exposiciones. “Desde aquel año pienso en hacer diseño. Mi obra plástica es muy depurada, cuido las formas para que muestren mis gustos estéticos”.

José Gimeno (La Cerámica Valenciana de José Gimeno) recluta a Iñesta en 1997, siguiendo el consejo del director del Museo de Cerámica de Manises, para dar comienzo a la línea Sagenceramics. “Gimeno ya conoce a muchos alfareros, pero no encuentra lo que busca. No funcionan cuando se salen del producto habitual”. Esa primera colección le proporciona a Iñesta un Alfa de oro y un galardón Qualitat y Disseny, “pero sobre todo me da un nombre”, puntualiza. Durante ese tiempo también trabaja para otras firmas como Ona Iluminación, e inclusive -un aspecto de su trayectoria profesional que poca gente conoce- como asistente técnico de Santiago Calatrava para los murales del Reina Sofía.


Iñesta ha alternado investigación, trabajo y docencia desde principios de los noventa. En 2011, y debido al bajón de los proyectos educativos, el ceramista comienza a pensar en la creación de una marca que vaya más allá del propio Iñesta y que englobe su experiencia profesional y docente, producción para diseñadores o workshops. En definitiva, Domanises. “El logo lo creó Rafa Zaragozá –en aquel momento todavía componente de estudio La Mamba-, con el que conecto de manera bastante extraña. Rafa está preparando un proyecto y envía cien correos a cien artesanos, al que sólo contesto yo”. A pesar del inicio raruno, la colaboración con Zaragozá y el resto de componentes de La Mamba se traduce en dos premios Injuve (proyectos Wish Bottle y Pregnant Vase) y un intercambio de conocimientos que aporta a Iñesta conceptos hasta ahora inéditos de design thinking. Un año más tarde, “Rafa Zaragozá y Juan Gasca -fundadores en aquel momento de ThinkersCo- empezamos con nuevos proyectos. Ellos siempre están dispuestos a dar y recibir consejos. Tienen una visión actualizada del diseño y apoyan pensamientos que yo, a priori, veo descabellados, pero acordes con mi concepción del diseño”. Tras estas primeras colaboraciones surgen más proyectos en el seno de ThinkersCo (Dovase, A day in a Vase). Iñesta llega entonces a la conclusión de que se ha producido un cambio generacional en torno a la percepción de la cerámica. “De repente hay un interés renovado, que creo se debe a que en el ámbito del diseño de producto los proyectos cerámicos son más económicos y a que mi estética no es vista como antigua”.

Al calor de este interés, Iñesta se vuelca en el desarrollo de la imagen de marca de Domanises bajo la guía de Juan Pastor, en el marco de un Master en Gestión del Diseño promovido por EOI (Escuela de Organización Industrial) y ADCV en Las Naves, en el que coincide con Clara del Portillo (Yonoh), Johnny Vale o Vicente Gallega (Gallega Design) entre otros. Con Gallega colaborará posteriormente en la exposición “Diseño al plato” que ha pasado hasta el momento por Valencia o Milán.

Trabajando con diseñadores, formando diseñadores

La colaboración de Iñesta con creativos es muy amplia, así como muy diferentes los proyectos realizados bajo el sello Domanises. Entre aquellas formativas podemos citar la colaboración con la Escuela Técnica Superior de Diseño Industrial (ETSID) del Politécnico. Desde esta facultad buscan artesanos que quieran implicarse en los proyectos desarrollados por estudiantes, y que posteriormente forman parte de las distintas muestras “Retorno del sentimiento”, promovidas por Manuel Martínez Torán. “Los artesanos ayudamos a los alumnos a desarrollar y ejecutar los prototipos para que sean capaces de valorar lo que cuesta sacar un producto al mercado. Llegaban con el proyecto definido, y procurando ser fiel al modelo original, intento usar la técnica de producción adecuada.” Las colaboraciones se extienden desde 2011, e Iñesta destaca las propuestas de diseñadores como Ane Baraja, Samuel Gallego, Carlos Olagüe o Coté Escrivá.

“Virgencita, diseño de  Ane Baraja” 


“Virgencita, diseño de  Ane Baraja”

 

Entre toda esta actividad formativa (ampliada a EASD o AVEC- Gremio), el estudio valenciano Mr. Simon, a la caza de un profesional que trabaje el producto cerámico, da con Iñesta. De este encontronazo surge una pieza como Dos Pavos. Domanises firma igualmente piezas con estudios como Joan Rojeski o los madrileños Lotocoho, en una colección inspirada en la obra de Giorgio Morandi que encuentra acomodo en el Museo Thyssen. “Me parece interesante convertir mi taller en centro de encuentro de diseñadores con nuevas propuestas. Me mantienen al corriente de las actuales tendencias. Rejuvenezco con ellos”, sonríe Iñesta. Además de tratar el campo del diseño, también encuentra tiempo para indagar en la ilustración, a través de un proyecto a cuatro manos con Agustín Esteso. “Es un ilustrador fantástico, tremendo. Para estos profesionales, la cerámica es un buen soporte y la autoedición una salida muy interesante, porque es distintiva y permite un alto grado de diferenciación”.

En los últimos tiempos, Iñesta ha potenciado de nuevo la labor docente a través de EASD Valencia ofreciendo su estudio como centro de Prácticas. “Tengo a tres futuras diseñadoras en el taller con el proyecto de fin de carrera. A veces aportan cosas sin demasiado sentido o con un gusto excepcional, pero quiero apostar por los estudiantes porque llegan con ideas nuevas, frescas, y para su portfolio es importante reseñar una colaboración como esta”. Iñesta también promueve workshops en los que participan alumnos nacionales e internacionales vinculados al diseño o al arte, e incluso prestigiosos profesionales, como por ejemplo, el estudio de Jaime Hayón.


Alrededor del torno en el que Iñesta empezó hace más de veinte años, este renovador de la cerámica continúa enfrascado en distintos proyectos con la ilusión intacta. “Sigo siendo tan creativo como hace cinco, diez, quince años y mantengo la misma energía que cuando empecé. Creo que es algo innato”.


Texto y fotografías: Paco Ballester

www.dissenycv.es