¿Qué fue antes, el plato o la vajilla?

Una reflexión sobre la génesis de la receta y el receptor, que tanto el comensal como los creadores conciben en un todo

El artesano Juan Carlos Iñesta. Foto: EVA MÁÑEZ

El artesano Juan Carlos Iñesta. Foto: EVA MÁÑEZ

Todo comienza con el fuego, del mismo modo que perece en él. Las manos de los artesanos toman los materiales, los moldes sobre la llama, para dar vida a una creación que tengan un papel en el mundo. Tanto si se usan con barro como con alimentos. La conjunción de la obra del ceramista y del cocinero es la que reporta auténtico sentido a la idea del 'plato', que el comensal percibe y devora como un todo. ¿Qué fue antes? Tal vez el huevo, tal vez la gallina, que aquí equivale al cuenco, la taza, el azulejo o la pizarra. Sin importar el orden en el que tenían imaginados, incluso confeccionados, el matrimonio entre un buen recipiente y una mejor receta digna de la experiencia del que viene. Y solo por este motivo, aquellos restaurantes que miman detalles tan importantes como la vajilla, donde se desborda, se deposita, y se vierte la creatividad, 

Hablemos de diseño y gastronomía, de principios y de finales.

Las probetas y los cuencos

El Observatorio (calle Jerónimo Muñoz, 15)

Vamos a retroceder. Apenas una frase, unas cuantas letras, que nadie se espante. Diseño y gastronomía . Si hay un restaurante de Valencia donde confluyen ambas disciplinas, sin duda se trata de  El Observatorio . El laboratorio entre fogones de  Sergio Mendoza , quien no solo vive en la Luna, sino que aprovecha  la salida de órbita  para dar rienda suelta a su creatividad con todo lo que se le ocurre. Ya lo advirtió durante el despegue del negocio, hace ahora exactamente un año: “El restaurante es una manera de canalizar ideas, consultas y  necesidades creativas; es el laboratorio, estudio, jaula de conejillos de indias, donde quiero ponerlo todo en práctica, desde la cerámica a la madera ". Un tiempo después, este diseñador de formación ha fregado casi tantos platos como ha servido, y piensa lo mismo.

Los cuencos de Domanises para El Observatorio. Foto: EVA MÁÑEZ

Los cuencos de Domanises para El Observatorio. Foto: EVA MÁÑEZ

¿Cómo no iba a poner esmero en la elección de la vajilla? "Me parece importante. Es capaz de deslucir un plato o de convertirlo en una experiencia visual. Puede influir en la forma que tenemos de 'atacar', invitándonos incluso a comer con las manos", afirma. Tanto aprecio le tiene, que ha confiado las principales piezas a su amigo  Juan Carlos Iñesta . El ceramista del barrio de  Obradores (Manises) , antaño atestado de talleres, apenas necesita presentación. Decir que es el impulsor de  Domanises  es decirlo prácticamente todo. De los tornos de su estudio salen creaciones para el recuerdo, pero también para  Quique Dacosta y El Observatorio, donde es raro encontrar un guiso que no vaya en sus cuencos. Otros pescados pasan por su ahumador, diseñado en connivencia con  Francesco Sillitti

Tanto Sergio como Juan Carlos entienden 'el plato' como un proceso casi sentimental, y por suerte tienen facilidad para poner mente y manos al compás. "Buscábamos  piezas sobrias , hechas por nosotros mismos, como el resto del proyecto. Nunca pretendemos crear platos icónicos para salir en revistas con marcianadas. Son obras  contemporáneas., pero cuando viene la sensación de que podría estar recién hecho o tener 150 años ", explica Mendoza. El plato marca los límites, incluso en la cantidad que se sirve; es por eso que el propietario del Observatorio también se muestra inflexible en cuanto a las variaciones. "Las cosas no las ponemos en el plato porque cayeran así desde un Ryanair. Ha tenido un proceso de toma de decisiones y cuando alguien trata de alterarlo, es difícil que no esté haciendo algo que  ya habíamos descartado  con anterioridad ", manifiesta.

Visto lo visto, es comprensible que el tiempo se detenga para él cada vez que una de estas piezas acaba hecha a mano trizas . "En un segundo pienso: 1) Si hiciéramos las cosas de otra forma no podríamos haber pasado / 2) No te enfades / 3) Cómo hacemos que no pase más / 4) Miro el plato con pena y lo guardado pensando que un día lo arreglos o le encontramos un uso ". Quien conozca a Sergio sabe que esto no es broma, y ​​tampoco lo que viene a continuación, cuando le preguntamos por otros proyectos de innovación en marcha: "Estaba pensando en servir los zumos en jarritas de cristal con asa ... No, "en serio, también estoy dándole vueltas a montar un chiringuito en medio de la rotonda de enfrente con tumbonas y pisco sours ".

En tres frases

La vajilla más original.  Las que usan cosas que no están pensadas para desempeñar esa función: una piedra del campo, hojas, maderas, azulejos ...

La vajilla más abominable. Miles Cada día en Valencia podemos encontrar la misma vajilla imitando técnicas artesanales en los 100 restaurantes, y cuesta prácticamente igual que hacértela tú mismo. Para mí no es muy diferente a usar productos de 5ª gama. 

Tu pieza de cubertería preferida. ¡La cuchara! 

Por Almudena Ortuño 1 4/04/2018 | 12 min, 10 seg

https://valenciaplaza.com/vajillas-platos-restaurantes-valencia

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Todos hablan de Iñesta, el renovador de Manises que siempre tiene las manos ocupadas.

Per Vicent Molins. 

Barro y fuego. La historia de un hombre con fijación medieval que ha cambiado por completo el futuro de la cerámica, sentando a Quique Dacosta y Jaime Hayón frente al torno.

 5/12/2015

 VALENCIA. Arte visceral. Vocaciones y tornos. Fuego. Manos curtidas en el carrusel del oficio. Se llama Iñesta, Juan Carlos Iñesta, con eñe. Pasa casi todo el tiempo en una taller que le cedió su abuelo, en un barrio -Obradors- abundante en artesanos de la cerámica que reemplazaron los talleres por adosados. Parece un hombre alquimista manejando el tiempo a conveniencia. Tan medieval como adelantado a su tiempo. Su lugar de vida y de trabajo extienden el rumor. ¿En qué era vive Iñesta? “Bajo de mi taller hay uno del siglo XIV, el barrio conserva la misma trama que entonces”. Entre los descampados del barrio sigue encontrando trozos de una memoria en ruinas.

Manises style. Un territorio que pertenecía al feudo del noble valenciano Pere Boïl, quien difundió la cerámica local por todo el mundo. “Haciendo excavaciones en el Kremlin encontraron piezas que habíamos hecho aquí en el XIV”, me explica Iñesta.

La artesanía cerámica, una cualidad valenciana, había entrado en la desidia de aquello que funciona por inercia, sin evolucionar. Y él, que parece vivir entre varias eras, decidió que era el momento de visitar el futuro. Apunten...

"Tienes que hablar con él, tienes que conocerlo". Desde entonces imaginaba cómo era Iñesta. Y fantaseé con un sumo señor en las entrañas de una cueva recibiendo al mundo con las manos manchadas de barro. Manises su Alcarria. “Le gusta explorar e investigar y después de 30 o 40 años como ceramista (nadie sabe qué edad tiene) sigue motivadísimo”, me introduce el diseñador Sergio Mendoza. “Cuando la artesanía se ha ido apagando y cerrando sobre sí misma, Juan Carlos supo ver que hacía falta un cambio y decidió meterse en el mundo del diseño”.

Quique Dacosta Domanises

Figuras imponentes como Jaime Hayón o Quique Dacosta han acabado prendados por un tipo con reverberación de anacoreta que es justo lo contrario, un coaligante entre comunidades. De ahí su empresa, su marca, Domanises. “Del verbo to do, hacer”, aclara Iñesta, haciendo un Neville. 

Un principio en su mensaje: jamás dejarse llevar. “No quería estar reproduciendo las piezas de siempre, por ejemplo limitarme a hacer todo el tiempo Alfabeguers, por inercia. Me di cuenta de que si no aportaba algo diferente prefería no dedicarme a esto”.

Iñesta el niño

Primer acto en la vida de Iñesta (Premio Nacional en 2012). En el colegio acaban de llamar a su madre y le hacen una revelación: su hijo, con cuatro años, tiene grandes habilidades para las artes plásticas. Prematuramente escribieron el prólogo de su vida, dieron con su talento. “Escuché a la monja decírselo a mi madre… y eso ya entonces me motivó mucho”.

La monja estaba en lo cierto. La motivación todavía le dura. Una cualidad innata se fraguaba entre neuronas: “tengo una parte lógica sobre la materia. Una vez leí que el artesano no necesita planos porque lo tiene todo en la cabeza. Un núcleo dentro de mi cerebro entiende cómo va a responder la materia a lo que yo hago con ella.

Domanises Samuel Gallego

Con seis años el niño le hace una confesión a su abuelo: “Voy a ser ceramista”. No tenía antecedentes familiares, pero si el contagio de un entorno dedicado por siglos al oficio. A punto de cumplir los veinte su abuelo le cede un taller pequeño sin agua ni luz. Llevaba sus piezas a cocer a otros talleres y las acababa viendo copiadas.Desde entonces comprueba el inmovilismo artesanal, cierta desgana por progresar, toda una señal. Como la cerámica vendía apenas se pensó en evolucionar. Hasta que dejó de vender. Iñesta empieza a preocuparse por la evolución y pide a las empresas artesanales de Manises que tengan equipos de diseño. “Pero no era viable…”.
 

Iñesta ante el fuego

“Una vez pasa por el horno es inalterable”. El fuego como la autoridad que lo decide todo. Las palabras que explican el proceso cerámico parecen hablar de la trascendencia. En todo el trayecto por el que las sustancia terminan por ser bellas piezas de diseño, el apeadero determinante es el horno. Iñesta, como los actores antes de salir al escenario, sigue sintiendo los nervios previos. “Es el fuego quien te dice si la pieza es de calidad o es de contenedor. Si hay exceso de oxidación, de humedad… si todo lo anterior se ha hecho bien o no. El fuego te rompe o te deforma si alguna fase se ha hecho mal”.

Domanises

Bajo sus pies hace siete siglos había un testar, el espacio físico en el que se acumulaba lo desechado, la materia a la que el fuego le había pasado factura. Ser un experto en cerámica medieval en lugar de volverlo inmóvil al tiempo le hizo pensar como nadie en el avance. “Hace pocas semanas en un encuentro titulado ‘Artesanía Vs. Tecnología’ intervine y dije: aquí no hay debate. Artesanía y tecnología. ¿O es que al inventar la rueda no se estaba aplicando tecnología? La innovación está en los ceramistas desde mucho antes que Cristo”. El artesano invocando al progreso. “Si no evolucionamos, nos dormimos”.

Iñesta en el progreso

Poner a Quique Dacosta o a Jaime Hayón frente al torno tiene que ver con un entendimiento inédito. Una mente capaz de hacer posible con sus manos (las protagonistas, claro, en su foto de WhatsApp) aquello que creativos como estos quizá todavía ni imaginan. “Es un descubrimiento. Demuestra -me cuenta Xavi Calvo- que se pueden emplear técnicas tradicionales y darles una vuelta, haciendo cosas modernas. Aporta el valor de lo tradicional a proyectos de diseño contemporáneo”.

Workshop

El diseñador Sergio Mendoza incide en su capacidad para coaligar y convertir su taller en punto muy caliente de la creatividad valenciana: “Hoy Domanises se ha convertido en sitio de encuentro de -sobre todo- diseñadores e ilustradores con la cerámica. Antes era un placer descubrirles el lugar a los compañeros, pero ahora te los encuentras allí directamente”. 

La apertura de las compuertas. En el feudo del noble Pere Boïl, quien exportó al mundo la cerámica de Manises, un señor de apellido Iñesta se empeñó en cumplir con la profecía de su maestra de colegio. Reventó las costuras autoimpuestas y puso las manos en otro porvenir. Porque ya se sabe, “si no evolucionamos, nos dormimos”. Pongamos que hablamos de cerámica.

Valencia Plaza. 

 

 

La Alta Costura apuesta por la Cerámica de Manises para sus creaciones de Prêt-à-porter.

DOMANISES llega a las pasarelas con reconocidos modelos de la mano de Miquel Suay con la colección Lapislázuli primavera-verano 2016 dentro del desfile de la 080 Barcelona Fashion.

 

La cúpula de la sala XX de los Derechos humanos y de la alianza de civilizaciones de la ONU de Miquel Barceló es el pretexto de inspiración, el elemento emocional que hace que arranque todo el proyecto creativo deLapislázuli, la nueva colección de prêt-à-porte masculino para la primavera-verano 2016 de Miquel Suay. Arte a lo grande y una propuesta llena de símbolos, que representan la diversidad del mundo y la ciudadanía como medida de todas las cosas.

Desde este punto de partida, Miquel Suay comienza a visualizar lo fascinante a nivel cultural que resulta el mar Mediterráneo. El mar como origen de la vida y este como emisor de cultura y civilización, representado por  su máximo exponente: la Biblioteca de Alejandría fundada por Alejandro Magno. Considerada la primera universidad del mundo y un espacio de dialogo e investigación.

Los azules, los blancos espumosos de las olas, y los brillos de los rayos del sol en el mar, son los colores protagonistas de esta nueva propuesta del diseñador muy ligado, a su vez, a todo lo marinero. Donde también los tejidos reflejan claramente ese espíritu: lino, algodones bordados, punto de red, sargas elásticas, copelines y creps.

Una colección de diseño muy pensado, funcional y práctico, pero a la vez con una actitud que experimenta con volúmenes, patrones y texturas que, en definitiva, juegan con los sentidos. Una colección con una tendencia que supone una actitud en la vida, una inquietud para descubrir.

Dentro de estas premisas, Domanises realiza lo que es parte decorativa y estética en las propuestas de Miquel Suay, realizando colgantes, brazaletes, broches, cuellos de camisa y todos los botones de la colección Lapislázuli, utilizando como materia para estas prendas porcelana blanca y en ocasiones decorada con azules, rojos, verdes turquesa y naranjas. Mediterraneo en estado puro.

La cerámica de Manises en pleno desarrollo comienza una nueva etapa de investigación, dando lo mejor que tiene y expandiendo su experiencia de siglos adaptandose a las nuevas propuestas.

Gracias Miquel por esta magnifica propuesta.

Diseño, proyecto, dirección: https://miquelsuayblog.wordpress.com/

Desarrollo proyecto en cerámica: Juan Carlos Iñesta